Columna de Opinión
Por Roberto Gaete , 6 de octubre de 2020¿ Y el agua, cuándo? Parte I
En su primera columna de dos consecutivas, el médico veterinario René Urzúa de Biofiltra, hace un análisis de lo urgente que es atender el problema del agua en nuestro país.
El cambio climático ha afectado severamente la disponibilidad de recursos hídricos en el país. En los últimos años se ha observado una disminución sostenida y creciente en su disponibilidad, de entre un 20% y 50% en las macrozonas sur y norte-centro respectivamente; déficit que se proyecta continúe en los próximos 30 años (DGA; 2018, 2019).
Las proyecciones a futuro indican que Chile es uno de los países que sufrirá una mayor disminución en disponibilidad de recursos hídricos, a excepción de algunas zonas en el altiplano del norte. Se proyecta que la temperatura aumentará a lo largo de todo el territorio, con incrementos de hasta 2°C en la zona norte, y variaciones moderadas en zonas costeras y sur del país (DGA, 2017).
Producto del crecimiento demográfico y económico del país, el consumo de agua en Chile ha aumentado en los últimos años. Las extracciones de agua ascienden a 4.900 m3/s, equivalentes a 166 mil millones de m3/ año (DGA, 2017). El sector agrícola es el mayor usuario de agua consuntiva en Chile con un 72%.
Hacia el futuro se proyecta que la demanda de agua siga creciendo. En este sentido estudios de la DGA (2017) proyectan un aumento de 4,5% en la demanda consuntiva al 2030, y de 9,7% al 2040.
En el pasado ya se han realizado diversos esfuerzos por generar políticas o estrategias hídricas de carácter nacional. Sin embargo, la particularidad del proceso convocado por el Presidente de la República (Mesa del Agua, octubre 2019), radica en que la discusión de una nueva política hídrica se desarrolla en medio de la sequía más extrema de la que se tiene registro en el país y se hace en forma transversal, convocando a representantes de distintos sectores vinculados al agua.
La Mesa Nacional del Agua consensuó que el país se enfrenta a tres principales desafíos en materia de aguas, los que se descomponen en 12 ejes temáticos.
Dichos ejes son consistentes con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU); presenta un camino hacia el desarrollo sostenible de los Estados, el cual se plasma en 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS). El ODS N°6 en particular, busca “garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”.
Por esto, un elemento esencial para lograr la seguridad hídrica es el impulso de un plan con metas, plazos y recursos presupuestarios que permita alcanzar el 100% de cobertura en agua potable y saneamiento en las zonas rurales concentradas y semi-concentradas, como también es necesario contar con un plan de infraestructura hídrica que permita hacer frente a las necesidades de suministro de agua para el consumo humano, conservación, riego, turismo y otros usos industriales en los próximos 30 años, y que sea la hoja de ruta para los distintos gobiernos.
Si bien se reconocen los altos estándares chilenos en calidad de las aguas para la salud humana, se observa un lento avance en materia de normas secundarias de calidad ambiental, lo que impide una adecuada gestión de la calidad de los cuerpos de aguas. Parte de este retraso se explica porque la problemática de la calidad del agua suele quedar invisibilizada por el desbalance hídrico o las situaciones de sequía e inundaciones, aún cuando debiera ser un tema relevante a considerar en la toma de decisiones.