¿Por qué no ser una industria sostenible?

Nuestra columnista Patricia Breit de Lugonia nos cuenta cómo es posible cambiar la mentalidad de la industria y de los consumidores de moda.

¿Sabían ustedes que hoy la industria textil es la segunda más contaminante del planeta? Sin duda que esta ubicación en el ranking no es motivo de orgullo para quienes nos dedicamos a la moda.

Quiero contarles que somos un grupo importante de diseñadores sostenibles en Latinoamérica que estamos trabajando por re-significar la industria; los materiales de desechos transformarlos en materia prima, darles diseños a los biomateriales, upcycling de textiles, comercio justo, etc.

En esta columna quiero mostrar algunos problemas y algunas soluciones al respecto.

El uso indiscriminado de agua en el teñido de prendas es el problema mayor. En el mundo se usan 9 mil billones de litros de agua, que al mezclarla con los químicos para lograr una gama de colores maravillosos, deja inutilizable un recurso que es tan escaso. Estas aguas tóxicas son desechadas a ríos y a la tierra, causando un desequilibrio físico, químico y biológico, afectando a los humanos, plantas y animales. Sólo para fabricar una camisa de algodón se utilizan 2.700 lts de agua; eso equivale a 10 tinas de agua. Parece mentira, pero es así.

Las soluciones sustentables y materiales eco amigables están tomando fuerza hoy. Hay una clara tendencia a crecer. Se estima que el 25% de la industria es sostenible, según reporte de “The state of fashion 2018”, McKinsey & Company en alianza con “Business of Fashion”.

Fast Fashion está siendo reemplazada por Slow Fashion, una visión ética de la moda. Hoy somos una comunidad de diseñadores con consciencia que debemos cambiar la forma de diseñar y resolver con nuevos materiales o aprovechar recursos que ya existen; reciclando, reutilizando o transformándolos en nuevos productos; alargando su vida útil en muchos años más.

Hoy pienso que el mundo es abundante en recursos y nuestro propósito es aprovecharlos de forma equilibrada, pensando siempre en el valor compartido.

El Swap, intercambiar vestuario con amigas, consumir productos confeccionados por personas de mi comunidad; el Upcycling, uniformes que ya no usamos y están brandeados los podemos transformar en una bolsa súper resistente, en estuches, bolsos, etc. El Consumidor Informado, que revisa el etiquetado de las prendas, sabe quién y en qué condiciones se fabricó; la Moda RE (ropa reciclada), comprar vintage, preferir marcas con propósito; son algunos de los retos de moda sostenible que debiéramos ir adhiriendo para crear hábitos de bajo impacto y sumar más iniciativas que emprendan con estos modelos.

El diseño de biomateriales es otro gran tema; una solución que va a cambiar el material poco amigable que hoy existe en su mayoría, muchos de ellos con un 100% plástico en su composición y micro plástico que llega a las aguas. En Latinoamérica y el resto del mundo, ya existen iniciativas muy innovadoras de materias primas fabricadas a partir de materiales orgánicos y desechos. ¿Se imaginan una blusa fabricada a partir de la fermentación de un jugo orgánico? o ¿una cartera de cuero de celulosa? o ¿una chaqueta de cascara de frutas o vegetales?

Al conocer estas genialidades de los biomateriales, no dudamos con el equipo de Lugonia y SMG en incursionar en esa línea y resolver la problemática de ésta y otras industrias. ¡Ya estamos trabajando!, desde las puertas de la Patagonia para el mundo. Movilizamos convenios con científicos investigadores top y la Dirección de Investigación y Tecnología de la ULagos, junto a otros asociados, asociaciones gremiales, instituciones públicas y empresas privadas; para embarcarnos en este tremendo desafío tecnológico y de innovación, marcando un hito en la industria textil nacional.