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Por Valentina Cortés Lehuei , 9 de septiembre de 2022 | 12:00Vivamos el Bosque: niños del sur de Chile aprenden sobre el cuidado del medio ambiente
El proyecto de educación ambiental que nació en Valdivia hoy ya se proyecta en siete regiones del país.
Educar sobre las características de los bosques y el ciclo de vida de los árboles y el agua, hasta las acciones necesarias para prevenir incendios, es el objetivo del programa Vivamos el Bosque, una iniciativa de educación ambiental que cuenta con más de 20 años de trayectoria y que es apoyada por la Corporación Chilena de la Madera (Corma) Los Ríos y Los Lagos.
Creado el año 2000 por la Sociedad de Protección del Sur, el proyecto hoy se ha convertido en una fuerte instancia de relacionamiento con la comunidad educativa en las regiones de O’Higgins, Maule, Bíobío, Ñuble, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, alcanzando a más de 106 mil niños, niñas y adolescentes de primero a octavo básico, participantes en los más de 1.600 talleres realizados.
Educar con entretención
El programa se realiza entre abril y noviembre de cada año, y durante marzo se ultiman los detalles junto a los equipos docentes de los establecimientos, de modo de desplegar en conjunto las actividades.
Entre los contenidos que se incorporan destaca una serie de charlas expositivas y audiovisuales sobre los ciclos del bosque, siendo una de las más importantes la de prevención de incendios.
Actividades que finalizan con concursos de pintura y cuentos para premiar a quienes captan de mejor manera los contenidos aprendidos.
Anyela Jara, líder del programa Vivamos el Bosque, destaca que “cuando se pensó en los concursos de pintura y el de cuentos, la idea era que ellos pudieran plasmar a través del arte o literatura, lo aprendido en las actividades realizadas durante el año, entonces incentivamos a los alumnos y alumnas a participar”.
Experiencias que quedaron marcadas en los alumnos que lo han vivido. Es el caso de Yerko Uribe, brigadista de la empresa Serfonac, hoy a sus 24 años recuerda que “teníamos que hacer unos dibujos y los mejores se disputaban un premio que eran unas bicicletas, lápices de colores” así como gorros y otros accesorios.
Para él, los talleres enseñaron a reconocer y tomar conciencia del cuidado y protección del bosque que le ayudó a escoger su actual labor.
“Hay que educar desde la semilla cuando uno es niño, al ser adulto uno tiene mayor reflexión, se da cuenta más y en ese caso uno ya trata de evitar ciertas cosas. Se cultiva una conciencia y sobre todo de personas que son de una zona rural”, puntualiza.
Alta valorización
La iniciativa es valorada por el presidente de Corma Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, Cristián Durán, quien además narra los orígenes del proyecto.
“Vivamos el Bosque nació para prevenir los incendios, pero que apunta a educar, a llegar a los niños en los colegios con material para hacerles ver la importancia del bosque tanto de los bienes y servicios que da, como también lo malo que son los incendios y las complicaciones que traen”, explica.
Angeline Castillo, jefe de prevención de Incendios de Arauco, recuerda que “en las escuelas, por lo menos en Valdivia, no se había iniciado un proyecto de esa naturaleza, con un modelo de trabajo ordenado, sistemático, donde se establecían módulos de enseñanza que estuvieran en acuerdo con las instituciones educacionales”.
Proyección y objetivos
Al igual que el resto de las actividades el programa Vivamos el Bosque se vio afectado por la pandemia, ya que la mayoría de los colegios suspendieron sus clases presenciales, es por eso que la iniciativa debió buscar nuevas herramientas y formas de llegar a los alumnos.
Una reinvención que para Anyela Jara, tuvo su dificultad. “no todos los niños tenían acceso a internet, por lo que generamos varios planes y uno de ellos eran unas guías educativas de acuerdo a las charlas, más una pequeña evaluación que entregábamos al director del colegio, quien se encargaba de enviar nuestro material a los niños y avanzar”, explicó.
Una experiencia que contó con el apoyo de la comunidad escolar y que este año se retomó con normalidad, ya que “es una herramienta muy bien evaluada por los profesores y por eso la estamos replicando en otras regiones. Hemos ido avanzando en incorporar el modelo de trabajo en más escuelas en el territorio hasta la región de O’Higgins”, detalla Castillo.
Quien además asegura que las evaluaciones del programa han sido positivas en los sectores instruidos, ya que los niveles de ocurrencia han disminuido considerablemente.
“Uno puede encontrar esa relación, donde más actividades se han realizado, tienen algún efecto en la disminución de incendios que ocurren por negligencias, por lo que se pueden evitar a través del trabajo de educar”, finaliza.