Columna de Opinión
Por Valentina Cortés Lehuei , 6 de julio de 2023 | 16:00Día Mundial del Cacao
El fundador de la empresa "Pacari", Santiago Peralta, aborda en esta columna de opinión el lado "B" de la industria chocolatera y los nuevos enfoques sostenibles en su producción.
Es parte de la historia de América Latina y figura en milenarias leyendas de sus pueblos originarios, donde los dioses lo trajeron a los humanos para que pudieran disfrutar de sus bondades.
Me refiero al cacao, este noble fruto que da vida al siempre irresistible chocolate y que ahora celebra su día mundial, con el fin de destacar sus atributos saludables y los beneficios de su consumo.
Si miramos las cifras podemos decir que los chilenos aman el chocolate. El consumo promedio en el mundo asciende a casi un kilo per cápita al año, mientras en el país esa cifra llega a los 2,1 kilos.
Lamentablemente, detrás de la cara dulce de este hábito se esconden una serie de injusticias sociales y medioambientales que se dan en África Occidental, zona que concentra el 75% de la producción de cacao. Deforestación, uso de agroquímicos, trabajo infantil, desigualdad de género y bajos ingresos de los agricultores, son sólo algunos de los flagelos que esconde la industria y frente a lo cual no podemos ser indiferentes.
Lo importante es que desde América Latina estamos trabajando para cambiar estos paradigmas, desarrollando un modelo sostenible que nos permite exportar a más de 40 mercados un chocolate que ha sido catalogado dentro de los mejores del mundo.
Para eso, trabajamos de forma directa con más de 4 mil agricultores que son responsables de cuidar la biodiversidad y la calidad de los productos, recibiendo por ese compromiso un precio justo y llegando, incluso, a triplicar sus ingresos.
En el Día Mundial del Cacao mi invitación es a que todas las personas se pregunten a qué marca están premiando con su compra y qué conductas están avalando. Para que el llamado “alimento de los Dioses” sea realmente sostenible y quienes trabajan en los campos para que llegue a nuestras casas tengan vidas dignas, debemos hacer un cambio inmediato y dar un giro hacia un consumo responsable y consciente.