Investigación & Desarrollo
Por Valentina Cortés Lehuei , 3 de noviembre de 2023 | 16:50Monitoreo permanente de humedal río Cruces permite enfrentar futuras crisis ambientales
A casi 20 años de la masiva disminución de cisnes de cuello negro en Valdivia, el investigador de la UACh, Eduardo Jaramillo, detalla el trabajo que actualmente se realiza.
El año 2024 se cumplirán dos décadas del incidente más complejo que ha afectado a un humedal en Chile.
Se trata del hito ocurrido en el Monumento Nacional Santuario de la Naturaleza Río Cruces y Chorocamayo, Sitio Ramsar Carlos Anwandter en Valdivia, donde los principales afectados fueron los cisnes de cuello negro.
Especie que comenzó a disminuir repentinamente al mismo tiempo que había comenzado a operar una planta de celulosa de la empresa Arauco, aguas arriba del humedal.
Este lamentable hecho derivó a una investigación completa por parte de la Universidad Austral de Chile (UACh), que confirmó responsabilidades y a su vez sirvió de aprendizaje para ambas partes.
Monitoreos
En la actualidad, la Facultad de Ciencias de la UACh, hoy miembro del Consorcio Ciencia 2030, realiza dos muestreos anuales en conjunto con la Universidad de Concepción para analizar la calidad del agua y de los sedimentos, en las épocas de menor y mayor caudal hídrico.
Adicionalmente, desde la primavera de 2022 se efectúan censos mensuales de avifauna acuática, mamíferos acuáticos como el coipo, huillín y visón, y monitoreos de la cobertura y estado de salud del luchecillo (Egeria densa), planta acuática que es el alimento primario de los cisnes.
A todo eso, se suma el análisis de variables relacionadas con el cambio climático, y el ciclo sísmico para conocer cuánto se levanta el continente en la zona del humedal y Valdivia, entre otros estudios.
Así lo informó el investigador de la UACh y líder del equipo de monitoreos, Eduardo Jaramillo, quien explicó que todos los estudios anteriores han sido financiados por la empresa Arauco y el actual trabajo que realizan junto a esta misma.
"Ellos además tienen sus propias mediciones y sensores para medir temperatura, pH y otras variables y nos proporcionan los datos”, indicó.
Recuerdos de dos décadas
Para llegar a este escenario existieron diversos hitos desde la disminución de cisnes en el humedal y de su principal alimento el luchecillo en 2004, para en noviembre de ese mismo año en respuesta a la presión ciudadana, se contratara a un equipo de la Universidad Austral de Chile liderado por Jaramillo, para que investigaran las causas del fenómeno.
Los resultados preliminares concluyeron que la mortandad de cisnes fue inanición y que los hígados de los animales contenían altas concentraciones de hierro y otros metales pesados.
Así también, informes posteriores revelaron que los luchecillo recolectados en el área estaban cubiertos por una costra de sedimentos con altos contenidos de metales pesados y que la calidad de agua mostraba cambios aguas abajo del efluente de residuos líquidos de la planta de celulosa, después que la misma comenzara a operar.
“Yo sigo pensando que la explicación más plausible, porque en ciencia no vamos a estar nunca cien por ciento seguros, es que la calidad de agua cambió debido a la instalación de una planta de celulosa y que esa calidad impactó a esta macrófita acuática que era el alimento más importante de los cisnes”, comentó Jaramillo después de casi dos décadas de las conclusiones del informe final de la UACh.
Acción conjunta
Afortunadamente la recuperación comenzó a partir de 2012 cuando empezó a aumentar la presencia de cisnes, lo que fue coincidente con una nueva abundancia de la planta acuática.
“Mucha gente quedó con la idea de que como los cisnes murieron por la contaminación y que el culpable de ella fue Arauco, cualquier cosa que pase en adelante dentro del humedal esta sería también responsable. Pero la ecuación ya no es tan simple hoy”, aseguró el investigador de la Universidad Austral de Chile.
Contar con más información sobre esos fenómenos fue justamente una consecuencia de todo el largo proceso legal que siguió al levantamiento de la evidencia y que culminó en 2014 con la puesta en marcha del Diagnóstico Ambiental del humedal del río Cruces.
“Al cumplirse ese plazo y aún cuando no había una resolución de calificación ambiental que obligara a la empresa a seguir con ese monitoreo, Arauco decidió seguir y ahora estamos en la segunda renovación del programa voluntario de monitoreo del humedal”, valoró Jaramillo.
La subgerente de asuntos públicos de Arauco en la Región de Los Ríos, Marcela Wulf, explicó que este hecho marcó un antes y un después en la empresa y en cómo se relacionan con el entorno natural y social.
Respecto al programa de monitoreo realizado junto a Arauco, el investigador Eduardo Jaramillo detalló que actualmente se estudian diversas variables como la depredación de los cisnes por parte de los lobos marinos.
“Hoy día hay menos de 5 mil cisnes en el área que comúnmente pensamos que es muy poco, pero el luchecillo ya se ha recuperado. Lo que hemos visto es que por arrancar de los lobos, muchos cisnes se han retirado a zonas del humedal muy bajas que no se cuentan en los censos de la UACh o de Conaf”, informó.
Finalmente el investigador y académico de la UACh destacó que esta experiencia con la empresa en el monitoreo del humedal del río Cruces se podría extrapolar a otros escenarios del país.