Soy Sostenible
Por Roberto Gaete , 28 de mayo de 2021El secreto mejor guardado de Frutillar: un spa al aire libre
Cancagua Spa es una gran alternativa para escapar de los efectos de la pandemia, desestresarse y reencontrarse con uno mismo y la familia, junto a la naturaleza. Una iniciativa sostenible que vale la pena conocer.
Mario Hermosilla es un emprendedor de aquellos. De los que nunca se da por vencido. Antes de instalarse en Frutillar, incursionaba en el rubro hotelero, con algunos hostales en el Barrio Lastarria y en Plaza Italia; pero desde octubre de 2019, lo que antes era un muy buen lugar para quedarse en Santiago, por conectividad, onda y servicios; dejó de serlo. A partir de entonces, muchos de los emprendedores de ese estratégico punto de Santiago, tuvieron que resignarse a bajar sus cortinas, reinventarse o morir. Bueno, Mario está entre los que decidió reinventarse. Vendió lo que tenía y apostó por cambiar de aire. Dejó de respirar esmog y los gases de las bombas lacrimógenas, y se vino a Frutillar por amor, siguiendo a Luciana Misi, cofundadora de Cancagua, a respirar aire limpio, tranquilidad y calidad de vida en familia.
Luciana Misi, emprendedora, arquitecto, cofundadora de CasaSana VidaSana, cofundadora de Cancagua y de Mareas Ralun Lodge; fue responsable del diseño de Cancagua, un majestuoso spa al aire libre, donde en medio de una quebrada que para muchos podría ser inhabitable, diseñó seis hot tubs, rodeados de naturaleza, pensando en minimizar el impacto en ella y su integración al entorno de forma armónica, con una estructura metálica y terrazas que acompañan la pendiente del cerro, con una inigualable vista al lago Llanquihue, y en donde para acceder a los hot tubs, el recorrido por pasarelas volantes te guían por entremedio de arrayanes, lingues, maquis, helechos, sonidos de agua y colibrís. Además, están implementando un yurt como salón para terapias, para dar vida al proyecto que soñaron junto a Mario.
Apuesta
Pero no ha sido fácil este inicio. Aparte de tener que endeudarse con la banca para cumplir con sus objetivos, y hacer el largo tránsito para obtener los permisos en pandemia; se toparon con las extensas cuarentenas que ha experimentado Frutillar, lo que evidentemente ahuyentó a los turistas. Pero pese a ello, el balance es positivo. “Hemos visto que ahora hay una aceleración en la demanda, que las personas ya se están permitiendo salir, lo que nos tiene muy contentos”, asegura.
“Como nosotros nacimos con la pandemia, todo lo diseñamos de una forma muy paranoica, para que no hubiera ningún contacto físico entre las personas que nos visiten. Todas las familias tienen su espacio privado y exclusivo para ellos, de manera que es el espacio ideal para conectar con la naturaleza, entre tu familia y seres queridos, en un espacio de goce y relajo”, parte diciendo Mario Hermosilla, quien por estos días está afinando la puesta en marcha de un yurt, con climatización, donde ofrecerá la posibilidad de hacer yoga y meditación -para movilizar la energía del cuerpo-; además de iniciar talleres con diferentes ejes desde alimentación consciente, mente, con todo lo que tiene que ver con el mindfulness, para lo cual están sellando una alianza con Sociedad Consciente de Puerto Varas, para avanzar en esa línea.
Además, habrá masajes, para completar una oferta que apuesta por relajar y descontracturar el cuerpo del estrés reinante.
Experiencia Cancagua
Pero, ¿en qué consiste la “Experiencia Cancagua”? En el arriendo de un espacio techado que tiene un hot tub calentado a 40 grados celcius, con geotermia; un cambiador, y una ducha; en donde se puede disfrutar de manera privada de un rincón reservado para el goce, además de caminar por las dos 2,2 hectáreas con orilla de lago, un bosque increíble -donde ya han replantado más 150 especies nativas-, que dan un entorno que relaja a cualquiera, al transitar por la playa o simplemente con sentir el aire del Llanquihue.
Experiencia que se complementa con tablas para picotear, elaboradas con productos locales, que son hechos a mano, como la vegana por ejemplo, u otra que incluye quesos y charcutería de la zona.
El agua de los hot tub es tratada con ozono y rayos ultravioleta; al igual que el agua potable de Paris. Y pasa luego por ionizadores de plata y cobre, “con lo que matamos el 100% de los bichos”, nos cuenta Hermosilla, para garantizarle seguridad a los visitantes. “Además de esto le agregamos un poco de cloro & alguicida, que son requisitos en las normativas del SEREMI de Salud de Los Lagos”.
Por qué Cancagua
La historia cuenta que la cancagua es un sedimento que se va compactando durante miles de años, que viene de las erupciones volcánicas. Entonces, este sedimento -duro-, popularmente conocido como la “piedra jabonosa” donde la gente se resbala; y que lo encuentras de muchos colores y de todas las formas -incluso hay unos blancos, que le dan aire caribeño a ciertos rincones del Llanquihue-; cumple un rol clave en el lago. Gracias a su presencia, el agua no filtra hacia la tierra. “Gracias a la cancagua tenemos lago. Por eso, es muy importante cuidarla”, acota Hermosilla.
Ya lo sabe. La invitación está extendida. A tan sólo dos kilómetros de Frutillar, hacia Los Bajos, está este rincón paradisiaco, que le hará olvidarse de la pandemia y del estrés que acumulamos todos desde hace más de un año.
Sus reservas las puede hacer en www.cancagua.cl, las dudas las responde el WhatsApp bussiness, que está en la misma página web; y además están en Facebook y en Instagram en @cancaguachile.