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Por Valentina Cortés Lehuei , 29 de octubre de 2024 | 09:45Representantes chilenos en COP16 de Biodiversidad llaman a reconocer el papel crucial de los océanos
Diversos participantes del país y Latinoamérica presentaron sus visiones sobre la conservación enfocada en las metas climáticas.
La incorporación de los océanos en las Estrategias y Planes de Acción Nacionales de Biodiversidad (NBSAPs) y en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs), es crucial para avanzar en la conservación efectiva e inclusiva de los ecosistemas marinos, particularmente en Latinoamérica y el Caribe.
Así lo destacaron expertos y representantes de gobierno, sociedad civil y comunidades que dialogaron en un evento organizado por WWF en el Pabellón de Chile en la COP16 de Biodiversidad que se realiza en Cali, Colombia.
La coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile, Yacqueline Montecinos, se refirió al rol que cumplen los océanos.
“La conservación y recuperación de los océanos está altamente vinculada al concepto de conectividad ecológica, donde los esfuerzos por conservar los ecosistemas, las especies migratorias y los servicios ecosistémicos asociados se incrementan cuando es posible establecer grandes redes de áreas interconectadas y representativas”, explicó.
La profesional destacó además que en Latinoamérica ya existen “corredores azules” plenamente identificados, los que son esenciales para garantizar la salud de los océanos, la recuperación de los stocks pesqueros, la seguridad alimentaria y la implementación de modelos de desarrollo sostenible que salvaguarden los derechos de las comunidades locales y pueblos originarios.
“También fortalecen la resiliencia de los ecosistemas marinos, constituyéndose en soluciones basadas en la naturaleza para combatir el cambio climático”, agregó, precisando que entre 2010 y 2019 los océanos absorbieron aproximadamente el 22% de las emisiones de carbono generadas por los seres humanos.
En este contexto, el director regional de WWF para América Latina y el Caribe, Roberto Troya, enfatizó la importancia de que las agendas globales de cambio climático y biodiversidad incorporen en su intersección el tema humano y de sostenibilidad, reflejado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030.
Asimismo, en cuanto a los “corredores azules”, indicó que son los gobiernos nacionales quienes deben hacer una primera tarea, lo que se debe reflejar en sus NBSAPs, que deben sentar la base de los siguientes esfuerzos para una integración mayor a nivel regional.
“Cuando empezamos a hablar de la magnitud de los océanos, de su superconectividad con los corredores azules, ese es el momento en que nos damos cuenta de que los límites puestos por los seres humanos son relativos, que los animales no tienen fronteras y que las especies migratorias son grandes conectores”, señaló Troya, destacando además la necesidad de una clara institucionalidad para abordar la buena gobernanza más allá de las jurisdicciones nacionales.
Monitoreo, financiamiento e inclusión
La meta tres del Marco Global de Biodiversidad (MGB-KM), también conocida como meta 30x30, busca proteger al menos el 30% del territorio marino a nivel global.
Por otro lado, algunos países incorporan ya en sus metas climáticas (NDC) aspectos vinculados al cuidado de los océanos, como el caso de Chile, que plantea que al 2030, todas las Áreas Marinas Protegidas (AMP) creadas al 2020 contarán con planes de manejo.
Para WWF, la presentación de las NBSAPs, en la cual aún están en deuda gran parte de los países latinoamericanos, así como el proceso de actualización de las NDCs para 2025, son oportunidades para incluir o profundizar la incorporación de los océanos y los corredores azules en dichos instrumentos.
Otro punto crítico que se abordó es la colaboración entre los distintos países, dada la propia naturaleza de estos “corredores azules” y los océanos en general, donde ya existe una instancia creada en 2022 por nueve países bajo el liderazgo de Chile.
Así lo señaló Patsy Contardo, de la División de Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, indicando que la Coalición Américas por la Protección del Océano es una poderosa oportunidad para cerrar la brecha de protección de ecosistemas marinos en el Pacífico Oriental.
Los medios de implementación y los recursos necesarios son otro de los aspectos que deben considerarse en esta mirada de conservación, tal como lo señaló en la instancia el director de Sostenibilidad de recursos marinos y pesqueros de Conservación Internacional de Colombia, Juan Pablo Caldas.
Lo anterior requiere, justamente, un potente enfoque de conservación inclusiva, como lo destacó Marcela Hey, consejera electa del Koro Nui o te Vaikava Rapa Nui-Consejo del Mar, tomando como ejemplo el trabajo en la isla con la creación del Área de Conservación, el Consejo del Mar y la consulta realizada para el Plan de Administración Integrada.
Para WWF, recoger estos y otros aspectos es una tarea crucial para Latinoamérica y el Caribe, que debe avanzar en la promoción y adopción de diversos enfoques de planificación, gobernanza inclusiva y efectiva.
También en financiamiento y gestión para el fortalecimiento de políticas, sistemas, herramientas y mecanismos de cooperación internacional, que catalicen y generen impactos a gran escala, y que se reflejen en avances significativos en la justicia social y ambiental para la reducción de brechas de desigualdad, especialmente en los pueblos originarios y comunidades locales.