Columna de Opinión
Por Roberto Gaete , 14 de diciembre de 2020El nuevo consumidor: un impulso para hacer mejores empresas
En esta columna, María Prieto, fundadora de Kombuchacha, nos cuenta cómo su bebida se la juega desde el sur del planeta, por hacer de éste un mundo más afortunado.
Los chilenos esperan mayor transparencia de las marcas, se muestran más conscientes en sus compras y ya no serán los mismos de antes. Esas son las principales conclusiones de un estudio publicado por la consultora Accenture a mediados de este año y que ratifican que los consumidores, definitivamente, han cambiado a raíz de varios factores; entre ellos la crisis sanitaria que hemos vivido en 2020.
La investigación, que se suma a varias otras que muestran resultados en la misma línea, es reveladora. Un 57% de los entrevistados aseguró buscar que las marcas sean transparentes sobre su forma de hacer negocios, mientras que el 56% enfatizó en que deben tratar bien a sus empleados y el mismo porcentaje puso el centro en la importancia de que tengan valores éticos y demuestren autenticidad en lo que hacen.
Más allá de los números y de las conclusiones que son evidentes, estos cambios en el consumidor, que lo perfilan como uno más consciente y responsable, son una buena noticia y un gran impulso para que las empresas mejoren su forma de hacer las cosas. Ya no basta con entregar un buen producto o servicio, o invertir altos montos en marketing o promociones; hoy el proceso que está detrás de la producción toma mayor relevancia. Con esto, el cuidado por las personas y el medio ambiente cobra un protagonismo que no puede sino ser positivo.
Así, las compañías que nacimos bajo la concepción de generar un triple impacto, y que asumimos ese desafío como una tarea diaria en constante evolución, vamos algunos pasos adelante. Kombuchacha comenzó hace tres años y desde el primer momento nos propusimos ser un proyecto de cambio socioambiental y la motivación por lograrlo no se ha perdido ni por un segundo. Todas las decisiones del equipo tienen como foco el impacto que provoca la bebida al medio ambiente, optando siempre por productores orgánicos certificados. Del mismo modo, nuestro norte es cuidar a todas las personas desde el campo hasta el consumidor, preocupados permanentemente por la trazabilidad y las buenas prácticas humanas. De ahí nuestros valores 100% natural y 100% justos.
Si bien mantener esos pilares es nuestra meta, no es un tema resuelto. Muy por el contrario, es una tarea que nos desafía a diario. No sólo porque el consumidor lo espera, y como vimos, lo exige; sino especialmente porque está en nuestro ADN y porque en el momento en que dejemos de trabajar con ese horizonte dejaremos de ser Kombuchacha, una bebida que se la juega, desde el sur del planeta, por hacer de este un mundo más afortunado.