El encanto de lo natural

"Aunque a veces creamos lo contrario y los índices nutricionales no nos acompañen, lo cierto es que los chilenos se preocupan por su alimentación", nos dice en esta columna la fundadora de Kombuchacha, María Prieto.

Todos queremos estar y sentirnos bien y, en vista de ese objetivo, instauramos distintas conductas o actividades dentro de nuestra rutina. Ejercicio, vida al aire libre, manejo del estrés, dinámicas de relajación son algunas de las que se nos vienen a la mente cuando pensamos en estar sanos. Sin embargo, la protagonista indiscutida es nuestra forma de alimentarnos, pues parece haber consenso en que esto juega un rol clave en el correcto funcionamiento de nuestro organismo. 

Aunque a veces creamos lo contrario y los índices nutricionales no nos acompañen, lo cierto es que los chilenos se preocupan por su alimentación. El último estudio de GfK al respecto arrojó que el 65% de los ciudadanos trata de llevar una alimentación saludable la mayor parte del tiempo, cifra 4 puntos mayor que la registrada en la primera medición en 2017. La misma investigación ahondó en los hábitos que los encuestados han incorporado para mejorar la manera de alimentarse, concluyendo que el 50% optó por consumir alimentos más naturales, sin químicos, bajos en sodio y azúcar. 

Es en eso justamente que quiero detenerme pues se trata de una tendencia mundial. Desde hace varios años la tasa de crecimiento del mercado de los productos orgánicos ha ido al alza con cifras que superan los dos dígitos anualmente a nivel mundial. Lo que comenzó siendo percibido como una moda se ha instalado como conducta masiva, generando importantes cambios en distintas industrias que ven cómo volver a lo natural está siendo la opción de un número creciente de consumidores. 

Así, somos cada vez más los que dejamos de lado los procesados cambiándolos por alimentos cuya producción, además de generar menores repercusiones ambientales y sociales, está libre del uso de fertilizantes, plaguicidas sintéticos, especies modificadas genéticamente y aditivos entre otros. Las razones pueden ser muchas, pero la mayoría de las investigaciones dan cuenta de que los beneficios para la salud están siendo los principales gatillantes. Aún así me parece crucial destacar que cuando preferimos una alternativa orgánica estamos premiando mejores conductas ambientales en el Agro, la promoción y protección del medio ambiente, el mayor bienestar para los insectos y animales, el no exponer a nuestros agricultores a riesgos por la manipulación de químicos y, muy importante hacer visible la necesidad de un desarrollo rural comprometido con las personas y el campo, a través de la creación de más empleos agrícolas que aseguren un trato e ingreso justos.

Fue justamente eso lo que nos motivó a definir a Kombuchacha como una bebida 100% natural, que consagró el 2020 el gran logro de ser la primera kombucha certificada orgánica en Chile, después de años elaborando el producto sólo con proveedores de este tipo. Nuestra meta hoy es que más personas nos conozcan, nos prueben y se encanten con el sabor, la frescura y la versatilidad de la kombucha con “chacha”, como decimos nosotros, que no tiene mayor ambición que consolidarse como una alternativa entretenida que es para todos los que buscan pasarlo y sentirse bien. 

Lo interesante es que la industria ha reaccionado, han surgido diversas opciones y nosotros somos parte de ese movimiento. Como un pequeño emprendimiento ubicado al sur de Chile estamos aportando nuestro granito de arena, elaborando cada día cientos de latas y botellas de la milenaria kombucha, que llegan a más de 400 lugares en Chile cargadas de motivación, de alegría, de salud y de vida.