Columna de Opinión
Por Valentina Cortés Lehuei , 27 de julio de 2022 | 09:12Compensar el uso del agua es tan importante como compensar el carbono
La country Manager Kilimo en Chile, Andrea Ramos, analiza en esta columna nuevas medidas respecto a la compensación de la huella hídrica.
Cada acción que hacemos genera un impacto en el medioambiente. Trasladarnos de un lugar a otro, comprar en el supermercado o ir a un concierto son eventos que afectan al entorno.
Y para conocer exactamente cuál es ese efecto existe la huella de carbono, una medida que sirve para cuantificar y contar con un indicador del impacto que una actividad o proceso tiene sobre el cambio climático.
Así se da el caso de empresas que debido a sus operaciones emiten una gran cantidad de dióxido de carbono, pero hoy tienen la posibilidad de compensar esa acción mediante créditos de carbono que buscan revertir ese rastro con actividades como restauración de bosques nativos, patrocinio de proyectos sostenibles, reemplazo de energías más eficientes, etc.
La huella de carbono en este sentido es bastante flexible, porque por ejemplo, una compañía puede tener una alta emisión de contaminantes en Chile y realizar compensaciones en la zonas de la India, obteniendo de igual manera una huella de carbono neutra.
La huella de carbono lleva varios años de reconocimiento y muchos países cuentan con planes de ejecución a largo plazo, pero ¿Qué pasa con el agua? ¿Cómo compensamos la huella hídrica y aportamos con créditos a favor en un contexto de sequía? ¿Cómo revertir las estimaciones de la ONU, que afirman que para el año 2030 un 50% de la población humana vivirá en zonas de escasez hídrica?
Un punto importante a considerar es que las compensaciones de agua, a diferencia del carbono, deben ser realizadas en zonas estresadas y cercanas al lugar donde se genera el impacto negativo. El daño es hiperlocal y las acciones de compensación también deben serlo.
Aunque las medidas en torno al agua todavía son mucho menores en comparación al carbono, la buena noticia es que hoy están surgiendo distintas alternativas y modelos de negocio que tienen por objetivo contrarrestar los efectos negativos de la huella hídrica a través de alianzas de productores agrícolas con el sector privado.
Para las grandes empresas, estas iniciativas les permiten cumplir con sus compromisos de agua neutralidad cuando ya han llegado a un tope con las acciones que pueden realizar internamente en sus operaciones y ha llegado el momento de externalizar sus metas de optimización del agua.
Hoy existen distintas opciones en el mercado que permiten que los productores agrícolas ahorren de manera concreta. Por ejemplo, planes en donde cada productor agrícola se compromete durante un año a optimizar el uso del agua en sus operaciones diarias.
Luego, se analiza la métrica asociada y si se cumplió con lo estipulado, el productor recibirá una compensación económica directa, proporcional al número de hectáreas beneficiadas. Este costo es cubierto por la empresa asociada al proyecto, que además obtiene créditos a favor y cumple con el requisito geográfico respectivo.
Proyectos como este están revolucionando la industria, nunca antes había pasado en el rubro agrícola que alguien compensará a los productores por mejorar sus prácticas y al mismo tiempo, se genere una huella hídrica positiva.
Herramientas como una trazabilidad rigurosa para cuantificar el impacto, son hoy una valiosa oportunidad que ofrece la industria agrícola. Si más empresas se suman a esta iniciativa, podemos concretar en el mediano plazo un proyecto de transformación enorme en la industria y ayudar de manera efectiva a la protección de un recurso vital como es el agua.