Investigación & Desarrollo
Por Valentina Cortés Lehuei , 27 de junio de 2024 | 11:30Estudian nueva amenaza silenciosa para las especies del río Cruces en Valdivia
La investigación realizada por alumnos de la Universidad Austral de Chile, analiza los efectos químicos presentes en distintas actividades relacionadas a la agricultura, ganadería y celulosa.
Al hablar de desastres ambientales, por lo general, se piensa en grandes derrames de petróleo al mar o mega industrias vertiendo sus residuos, pero hay una contaminación silenciosa en el río Cruces de Valdivia que comienza a investigarse en la Universidad Austral de Chile (UACh).
Se trata de una contaminación química que tiene su origen en actividades como la construcción, agricultura, ganadería, farmacéutica y del cuidado personal.
Un tema que está trabajando la estudiante del Doctorado en Ciencias, mención Ecología y Evolución de la Facultad de Ciencias UACh, Geraldine Porras Rivera, específicamente, con foco en los efectos en el comportamiento del pez nativo, Galaxias maculatus, comúnmente conocido como puye.
“En los últimos años ha habido un auge de los contaminantes emergentes, es decir, aquellos productos que tomamos o usamos y que contienen químicos, por ejemplo, los remedios y los productos de cuidado personal que no se degradan, llegan al agua y ahí tienen un efecto", explicó la estudiante de postgrado.
Esto marcó el interés por profundizar en qué pasa en el Río Cruces en Valdivia, en concreto, con el 2,4-diclorofenol, químico presente en los pesticidas asociados a la actividad agrícola, ganadera y celulosa en Chile.
A diferencia de los compuestos sintetizados y utilizados de forma específica, esa sustancia se genera sin control previo, es decir, es un subproducto de estas actividades lo que dificulta su regulación y manejo adecuado.
Esta falta de control, junto con su toxicidad, ha permitido que se incluya en listas de sustancias peligrosas por parte de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) y del Centro Internacional de Investigaciones contra el Cáncer (IARC).
“Nuestro objetivo es detectar cambios en el comportamiento del puye cuando este expuesto a este químico en las concentraciones que actualmente están presentes en los ríos de Chile. Ya estamos en el medio de la investigación y ya hicimos las pruebas de exposición experimental”, detalló Geraldine Porras.
Efecto dramático
Categórica y clara es la apreciación de Geraldine Porras Rivera respecto a los resultados obtenidos.
“Evidentemente hay un efecto dramático”.
Para los experimentos se obtuvieron peces en el sector de Loncoche del río Cruces, caracterizado por sus condiciones relativamente prístinas alejado de grandes urbes, centros agrícolas e industriales.
En el laboratorio, un grupo se expuso a concentraciones bajas de 5 microgramos de 2,4-diclorofenol y el otro a 100 microgramos de 2,4-diclorofenol, más un grupo de control.
De acuerdo con lo observado, a las 48 horas se producía la mortalidad del 75% de los peces, mientras que al finalizar los cinco días de exposición la mortalidad subió al 90%. Aquellos que sobrevivían terminaban con llagas en el cuerpo.
Por su parte, los peces expuestos a concentraciones bajas se volvían más lentos, comían y sociabilizaban menos durante las primeras 48 horas, después se normalizaba su comportamiento.
Así también la investigadora explicó que se detectó a la vez efectos en la capacidad de socialización del puye, ya que siendo este un pez de cardumen casi siempre está con otros y tras exponerlo químicamente, se observó que ya no socializaba de ninguna manera.
Consultada por su interés en el puye, la estudiante de doctorado explicó que la mayoría de las investigaciones de este tipo se hacen con especies introducidas que pueden adaptarse a diversas condiciones ambientales.
“Hay evidencia que esas especies también se ven afectadas por la contaminación química. Entonces si eso pasa en especies que se adaptan a cualquier cosa, ¿Qué pasa con las especies nativas? Esa fue la primera motivación para escoger al puye", indicó.
Ante este último desafío, el proyecto de tesis de Geraldine se propuso en una segunda etapa desarrollar modelos matemáticos para extrapolar lo realizado a nivel experimental a las poblaciones de puyes.
Además, se abre la interrogante de qué más podría pasar, ya que mediante el proceso de biomagnificación este químico podría absorberse y acumularse en los tejidos en músculo e hígado del pez, pasando a sus depredadores hasta llegar al ser humano.
Este estudio es llevado a cabo en colaboración con la Dra. Nicole Colin y el Dr. Konrad Górski, ambos académicos del Doctorado en Ciencias, mención Ecología y Evolución y del Magíster en Ciencias, mención Recursos Hídricos.
Actualmente, cuenta con el financiamiento de diversos fondos de apoyo a la investigación como “Innova Conciencia 2030”, “Austral Patagonia” y “Apoyo Tesis I+D+i+ebct línea liderazgo femenino.